En el intrincado mundo del reclutamiento y la contratación resulta más frecuente de lo que pensamos el juego de los engaños, en un intento por ambas parte de asegurar sus propios intereses. Se supone que el proceso de selección se basa en la creación de confianza y credibilidad, pero en la realidad ocurre muchas veces lo contrario.
En un estudio revelador llevado a cabo por Udo Konradt, profesor de la Universidad de Kiel, se exploraron los niveles de confianza a lo largo del proceso de selección y su impacto en las decisiones finales de contratación. Sorprendentemente, se encontró que cuanto mayor era la confianza generada en la primera etapa del proceso menos descendía esta confianza a lo largo del mismo. Ese dicho de que «la primera impresión es la cuenta» parece tener un sólido fundamento. Así mismo, se observó que había 3 factores de personalidad que eran en mayor medida predictores de una decisión positiva de contratación: escrupulosidad, cordialidad y extraversión.
Sin embargo, esta realidad merece ser complementada por los hallazgos de Robert S Feldman, investigador de la Universidad de Massachusetts y experto en este campo, quién descubrió que las mentiras, aunque sean de naturaleza no crítica, tienen una presencia constante en todo el proceso de selección. Dos factores principales se correlacionaron con la cantidad de mentiras: el deseo de encajar en el puesto y el rasgo de extraversión.
Resulta irónico que las personas más extravertidas sean el mismo tiempo las que más confianza generan desde los primeros momentos, y al mismo tiempo sean las más propensas a mentir durante el proceso de selección.
Pero mentiras no son exclusivas de candidatos y candidatas. Las empresas también participan en esta danza de engaños, presentando una imagen idealizada de su cultura, clima laboral y beneficios. Algunas investigaciones sugieren que estas promesas de las empresas pueden ocultar condiciones menos favorables en términos económicos de clima y de conciliación.
Entonces, ¿cómo podemos romper este ciclo de desconfianza y mentiras en el proceso de selección? Para las personas que están en un proceso activo de desarrollo de carrera, la respuesta es clara: es necesario saber seleccionar oportunidades de calidad, ser realista en nuestra adecuación al puesto y honestos en lo que podemos ofrecer.